4º Simpodader Internacional. Mesa Redonda 1 – Resumen y conclusiones

SOSTENIBILIDAD DE LA ATENCIÓN PRIMARIA Y POSIBLES SOLUCIONES: PUNTO DE VISTA DE LA ADMINISTRACIÓN

Actualizado a 3 mayo, 2023. Correo Farmacéutico

¿Es un problema para los profesionales sanitarios y para la Administración, en aras de la integración y la colaboración, que la farmacia sea un establecimiento privado de interés público? ¿Que el farmacéutico sea, a la vez, empresario y profesional sanitario con labores asistenciales? ¿Esta doble condición es una barrera para alcanzar acuerdo y se concierten servicios? Estas son algunas de las preguntas que Miguel Ángel Gastelurrutia, presidente del COF de Guizpúzcoa, ha planteado a los representantes de la Administración, que han participado este viernes en una mesa redonda celebrada en el contexto del 4º Simpodader Internacional, que se está celebrando hoy y mañana en Granada. 

En el debate moderado por Gastelurrutia han intervenido Indalecio Sánchez Montesinos, delegado Salud Granada; Casimiro Jiménez Guillén, subdirector General de Farmacia e Investigación en Comunidad Autónoma Región de Murcia; Antonio López Andrés, subdirector de Farmacia en Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea, y Leire Braceras Izaguirre, responsable del Servicio de Prestaciones Farmacéuticas del Gobierno Vasco. 

A una de las preguntas del moderador, los cuatro gestores han coincido en el mismo posicionamiento: la concertación de servicios con la farmacia comunitaria no significa privatizar la sanidad. López Andrés, reconoce que, actualmente, hay un mantra en la sociedad que no deja de repetirse y es que se está privatizando la sanidad por esta concertación, pero, en su opinión, es un error creerlo. «Lo que hace que se privatice la sanidad es que la gente se esté haciendo seguros privados. Cuando se concierta un servicio con un proveedor privado, no solo con la farmacia sino también en otros ámbitos, es hacer más eficiente la sanidad, no es privatizarla». 

De la misma opinión es Jiménez Guillén, quien considera que cuando se hace esa concertación, «lo que se está haciendo es mejorar la accesibilidad de la prestación y mejorar la capacidad de resolución«. A su juicio, este mantra de la privatización de la sanidad «está muy incentivado por ciertos colectivos profesionales, como enfermería«. Hablando de su comunidad, ha dicho que cualquier actuación que lleven a cabo en este sentido con la farmacia, enfermería «considera que se privatiza la sanidad, y no es así».

Sánchez Montesino ha mostrado su preocupación por la incertidumbre y la duda que determinados mensajes y posicionamientos generan en la población: «Lo que hay es que fijarse en los números y resultados. Los mantras solo provocan incertidumbre en los pacientes». 

Todas estas palabras han sido suscritas por Braceras Izaguirre.

¿Empresario o sanitario?

Dicho esto, para los expertos, el hecho que el farmacéutico sea empresario y sanitario sí podría generar dudas o cierta desconfianza entre los sanitarios. «¿Cuál es su misión principal, ser empresario o llevar a cabo una labor asistencial? Muchas veces te encuentras farmacéuticos que son más empresarios que sanitarios, aunque las nuevas generaciones sí que están más interesadas en desarrollar esa visión sanitaria». En su opinión, «esa dualidad público-privada, empresario-sanitario tiene ventajas e inconvenientes, por lo que hay que potenciar las primeras y minimizar las segundas».

Respecto a esta dualidad, Braceras Izaguirre ha afirmado que «es difícil olvidar la parte empresarial sobre todo cuando se realizan labores de inspección, donde hay aspectos que hacen más presente esa parte empresarial».

Otra visión diferente es la que tiene López Andrés, quien cree que «no está reñido lo empresarial con lo sanitario«. Eso sí, ha manifestado que, desde el punto de vista administrativo, esta doble vertiente «dificulta el trabajo y abre muchos melones de debate». Uno de ellos es el que se cierne sobre el modelo retributivo de la farmacia: si tiene que seguir siendo por margen o hay que buscar otra forma. Sobre este asunto, ha destacado que los medicamentos de hoy no se parecen en nada a los de hace treinta años y apunta que las innovaciones van todas al hospital y esto también tenemos que verlo desde la Administración, porque en Francia esto no pasa. Allí, puedes comprar un anti-TNF en la farmacia comunitaria». 

Sobre la retribución, Braceras Izaguirre ha hecho hincapié en que no todo lo que se concierte con la farmacia tiene que estar remunerado. «Se tarda mucho tiempo en sacar los proyectos. Sacar un convenio nos lleva un año, yendo todo bien, contando con partidas presupuestarias aprobadas y todo. Yo creo que hay que trabajar en convenios retributivos y también con otros donde no haya retribución«. A este argumento final, ha añadido: «Nuestro gremio tiene que demostrar que nuestro trabajo es importante».  

Aportación de la farmacia

En el debate también se ha expuesto la crítica situación que vive la atención primaria, que está sufriendo una profunda crisis de que afecta a los recursos humanos, la financiación y la organización. Aumentar el número de profesionales, dotarla de más recursos tecnológicos y económicos y que vuelva a ser la primar el eje vertebrador del sistema de salud y no tanto el hospital, como está sucediendo son condiciones indispensables para reflotar la primaria. 

Pero Gastelurrutia les ha pedido que reflexionen sobre qué puede hacer la farmacia comunitaria y cómo puede trabajar con la Administración para paliar esta situación. 

López Andrés lo tiene claro y defiende que es mucho lo que puede aportar. El primer ámbito de actuación que ha apuntado se asienta en la comunicación: «No podemos estar de espaldas los unos de los otros», ha indicado. En este sentido, ha recordado que en su comunidad autónoma han creado un canal de comunicación entre farmacias y centros de salud basado en la e-receta para resolver incidencias con la medicación, ya sean burocráticos o de otra índole y que genera visitas al centro de salud que se podrían evitar. «En las 25 zonas básicas de salud donde está en marcha los farmacéuticos están muy contentos, pero los médicos, más». 

Otro campo de colaboración es el del «autocuidado y los síntomas menores y procesos autolimitados en el tiempo, a los que el farmacéutico puede dar una respuesta en un alto porcentaje». Ha recalcado que estos trastornos menores, generan muchas consultas en atención primaria frente a las que puede responder el farmacéutico. En este punto, se ha declarado «defensor del acceso a la historia clínica, o al menos al historial farmacoterápeutico del paciente, por parte del farmacéutico«, pues considera que esto ayudaría a su labor sanitaria. 

Jiménez Guillén cree que las principales aportaciones de la farmacia comunitaria son el seguimiento farmacoterapéutico, la salud comunitaria y el asesoramiento sobre autocuidado. «Para lo primero, hace falta comunicación entre diferentes actores. Nosotros (refiriéndose a su comunidad) no la tenemos, pues solo contamos con que el farmacéutico pueda hacer bloqueos de algunas prescripciones. También hace falta acceso a la información del paciente por parte del farmacéutico sin la cual es muy difícil saber por qué se toman unas decisiones clínicas y no otras». En cuanto a la salud pública, ha traído a colación ejemplos llevados a cabo en pandemia, como la realización de pruebas covid y la posibilidad de que (al menos en su autonomía) pudieran emitir certificados covid. Asimismo, ha apoyado la participación del farmacéutico en campañas formativas e informativas al ciudadano. Respecto al autocuidado, ha subrayado el papel del farmacéutico en «la dispensación informada» y la posibilidad de que «guíe, asesore y acompañe al paciente en la toma de decisiones».  

El resto de ponentes también ven oportuno que se comparta cierta información entre profesionales sanitarios. Y sobre el acceso a la historia clínica, Braceras Izaguirre ha recordado que, en su comunidad, a las farmacias que lleva la atención farmacéutica a centros sociosantiarios, ya les han dado acceso, algo que «han puesto en valor, pues llevaban tiempo solicitándolo». 

Todos los gestores públicos de la mesa han cerrado este debate defendiendo que esta integración de la farmacia comunitaria tiene que hacerse ahora, por el momento que vive la atención primaria y las necesidades de profesionales sanitarios y el propio sistema. Eso sí, a la farmacia se le pide, al menos lo ha hecho López Andrés, «ofrecimiento y compromiso». Asimismo, ha dicho que hay que «moderar expectativas y ilusionarlas».