
Los farmacéuticos piden a Salud un apoyo «decidido» a su labor como sanitarios
El Colegio Oficial de Gipuzkoa se muestra «decepcionado con la poca sensibilidad» de las instituciones a su petición de recibir mascarillas
El Departamento de Salud repartió el miércoles 223.640 mascarillas entre diferentes administraciones y entidades vascas. Ninguno de estos protectores llegó a las boticas de Euskadi para desesperación de unos profesionales que «estamos dando la talla, en primera línea, día a día, atendiendo pacientes, muchos sanos pero también a otros crónicos y hasta agudos». La semana está siendo compleja para los boticarios y sus colegios oficiales. A pesar de su consideración y labor «como sanitarios» se han sentido decepcionados, y hasta heridos, por parte del Ministerio de Sanidad y, en menor medida, por el Departamento de Salud.
Los farmacéuticos habían solicitado poder recibir de las administraciones del Estado material de protección contra el Covid-19 con el fin de desempeñar su trabajo de la manera más segura posible. Su mayor preocupación es contagiarse por el brote y tener que cerrar farmacias, como ha sucedido en Zarautz con una botica. Lo que solicitan principalmente son mascarillas.
La petición no es baladí. En Gipuzkoa, «en este momento tenemos varios compañeros en cuarentena », señalan desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos del territorio. Su presidente, Miguel Ángel Gastelurrutia, cita por ejemplo «el caso de una farmacéutica, con síntomas claros. En su servicio de salud laboral no le quieren hacer la prueba porque dicen que no es sanitaria. Esto, además de intolerable, desanima mucho al colectivo». Cuenta el presidente del COFG que los responsables de la farmacia de Zarautz cerrada por el coronavirus han decidido abrir hoy su establecimiento «con personal contratado». En otra farmacia de «Hondarribia ha habido otro caso y no han llegado a cerrar porque también han contratado», señala.
Respuesta «desgarradora»
La respuesta a su petición la hizo pública el lunes pasado Fernando Simón, director del centro de Coordinación de Emergencias y Alertas Sanitarias. Fue tajante y dijo que el ministerio no dotará de este tipo de material a los boticarios porque asumen «riesgos propios de su profesión». Esta frase enfureció a los más de 71.000 farmacéuticos que hay en España. En Euskadi la reacción fue la misma. «Nos decepcionó mucho la escasa sensibilidad que tienen nuestros dirigentes hacia un colectivo que está dando la talla», señala Gastelurrutia, haciendo referencia al trabajo de los 893 profesionales que trabajan en las 286 boticas de Gipuzkoa. Esta respuesta ha sentado especialmente mal en el sector cuando, anuncia el presidente del COFG, «los centros de salud se están parapetando y están remitiendo a muchos pacientes primero a la farmacia para que sean valorados».
A l día siguiente de las declaracionesde Simón, este periódico preguntó a la consejera Nekane Murga si el Departamento de Salud se plantea suministrar equipos de protección a las farmacias vascas. Su respuesta fue clara: «El material de protección es una de nuestras prioridades, junto a la seguridad. Los farmacéuticos deben mantener las medidas de higiene y de distancia, que les van a permitir trabajar de forma segura». Es decir, nada de recibir mascarillas.
Dejando claro que las declaraciones que «más nos han sorprendido han sido las de Fernando Simón, por ser desgarradoras y carecer de todo sentido común», Gastelurrutia reconoce que «a la consejera le echamos en falta un apoyo más decidido a nuestra consideración como sanitarios que, por otra parte, sabemos que la tiene porque nos lo ha comunicado en otras ocasiones». No tiene duda el presidente del COFG que «nos tenía que haber defendido más en estos momentos, entendiendo, como entendemos y comprendemos, las dificultades que tienen para suministrarnos mascarillas». Desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Gipuzkoa «lo que pedimos es un poco de empatía, de ponerse en nuestro lugar». Por ello, «hemos solicitado a la consejera de Salud, Nekane Murga, una declaración pública de apoyo al papel de los farmacéuticos en estos momentos como profesionales sanitarios que somos, trabajando con pacientes y, en consecuencia, como colectivo de riesgo».
Sobre el papel de los farmacias en esta pandemia, Murga explicó que su departamento está trabajando para que las personas vulnerables y las enfermas «no precisen ir a las farmacias». Recordó que existe «una red de apoyo para que a estas personas se les pueda administrar la medicación en casa». Sobre esta cuestión, Gastelurrutia explica que «estamos trabajando en estrecha colaboración con la dirección de Farmacia de Salud para abordar sistemas organizados de suministro de medicamentos a personas vulnerables en sus domicilios». Sin embargo, «esto no evita que muchas otras personas, fundamentalmente con enfermedades agudas, acudan a la farmacia a hacer alguna consulta sobre sus dolencias». Entre estos ciudadanos que están atendiendo a diario, por cierto, pueden encontrarse los pacientes asintomáticos del Covid-19, «efectivamente. Y estas personas también van a las farmacias y también las atendemos. Un elemento más de riesgo que asumimos sin las mascarillas». Visto que por el momento las administraciones no van suministrar mascarillas a las farmacias, el Consejo de Farmacéuticos de Euskadi ya ha realizado dos pedidos por su cuenta. Uno a través de una empresa nacional y otro mayor a China, «que esperamos pueda llegar en breve sin problemas en la aduana».