
Protocolos sobre síntomas menores para elevar la indicación al grado de excelencia
Mª José Faus y Fernando Martínez (UGR) y Jesús Gómez (Sefac) han editado un manual para guiar la actuación del farmacéutico.
Valorar si los problemas de salud por los que consulta el paciente al farmacéutico son síntomas menores; recomendarle la opción más adecuada para resolver su afección, incluyendo la derivación al médico, la indicación de un medicamento de no prescripción o medidas no farmacológicas, y proporcionar la información necesaria para prevenir la aparición de problemas relacionados con la medicación, detectando y corrigiendo sus causas prevenibles. Estos son los tres objetivos principales del manual Protocolos de Indicación Farmacéutica y Criterios de Derivación al Médico en Síntomas Menores, editado por María José Faus y Fernando Martínez Martínez, del Grupo de Investigación Farmacéutica de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada (GIAF-UGR), y Jesús Gómez, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac).
Esta guía, coordinada por Noelia Amador (GIAF-UGR), es una actualización de una obra realizada en 2008 por el mismo grupo, la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), Sefac y laFundación Abbott. En esta ocasión, han contado con la participación de Semfyc, la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), Sefac y el COF de Valencia.
Como explica a este periódico Faus, esta nueva publicación “ayudará al farmacéutico a proporcionar una indicación farmacéutica de excelencia, basada en la evidencia científica y en la experiencia clínica de sus autores (diecisiete en total)”.
Los más consultados
La obra recoge los síntomas menores más habituales en la botica (seleccionados por médicos y farmacéuticos) en diversas áreas, como respiratorio, digestivo, dermatología y los relacionados con el dolor moderado, entre otros (ver información de la derecha). Además, se incluye un capítulo final sobre principios activos con información actualizada a mayo del 2018 y organizados según principio activo, dosis y forma farmacéutica.
Por todo ello, “es una guía básica para todos los profesionales de la salud”, defiende Faus, quien añade que, aunque va dirigida “al personal que en la farmacia comunitaria se tiene que enfrentar a estas demandas de los usuarios, también puede proporcionar a los médicos una visión real del papel colaborativo que puede encontrar en los farmacéuticos comunitarios”.
Precisamente, colaboración es lo que los autores han encontrado en los médicos a la hora de consensuar los criterios de derivación. “No ha sido difícil llegar a consensos. Ha sido muy enriquecedor para todos y, probablemente, la parte más gratificante de este proyecto”, reconoce la editora de la obra.
José Luis Llisterri, presidente de Semergen, defiende en las líneas introductorias que hace del manual, que la situación de cercanía del farmacéutico con el ciudadano le convierte en un canal muy influyente y directo para fomentar la automedicación responsable e informada en pacientes con enfermedades leves. “Ahora bien –matiza–, para que la actuación coordinada farmacéutico-médico sea eficaz es esencial disponer de un lenguaje común y de los criterios de derivación”. De ahí, el valor de los protocolos que ahora ven la luz.
Estructura clara
Para cada síntoma menor incluido en la guía, el protocolo elaborado contempla los siguientes apartados: concepto, en el que se describe el síntoma menor, diferenciándolo de otros procesos no banales; causas más frecuentes, es decir, motivos que dan lugar a la aparición del síntoma, incluyendo medicamentos que pueden causarlo; criterios de derivación al médico, teniendo en cuenta aspectos como edad, síntomas o indicadores de alarma, duración del cuadro, enfermedad y medicamentos y situaciones especiales, y recomendaciones para la prevención y tratamiento. En este último, se habla de tratamiento no farmacológico y farmacológico, seleccionando los principios activos disponibles actualmente sin receta médica y con probada efectividad y seguridad. Asimismo, cada capítulo se cierra con un resumen de la bibliografía consultada.
Sobre los fármacos mencionados en la publicación, Faus recuerda que están bajo supervisión del farmacéutico y sólo a través de la dispensación la población tiene acceso a ellos. “Me gustaría resaltar –insiste la experta– el inmenso bien del mensaje Consulte al farmacéutico. Ningún otro profesional tiene un respaldo así para ejercer un buen trabajo. Y es el mejor camino para que la población haga un uso racional de los medicamentos”.